Y te das cuenta, que no es todo de color rosa, que las cosas igual que suben, bajan; y al igual que un día estás perfectamente con ella, al día siguiente tienes la mayor bronca del mundo; y ahí, es cuando intervienen los amigos, pero no cualquier amigo, sino los de verdad.
Los amigos, aquellos que después de todos lo que les cuentas te dicen: "Yo que tú lo mandaba a la mierda", "Es gilipollas, no te merece", "Estás dando demasiado y él solo quiere que te arrastres"...
Y entonces, te das cuenta de que tu cabeza dice que le mandes a la mierda, que quizás estés dando demasiado más de lo que él te da a ti... Pero no puedes, no es lo que te dicta el corazón; él te dicta que vayas a verle aunque lleves días sin hablar con él, que le abraces fuerte como si nunca más le volvieras a ver, que se te escapen algunas lágrimas y él te las seque, acurrucarte en su pecho y contarle todo lo que se te pasa por la cabeza...
Y ahora, es cuando entiendes todo, todo comienza a tener solución, buscas el lado positivo de todo, y sin duda alguna hallas la respuesta.
Te paras a reflexionar cuánta gente te ha hecho falta para darte cuenta de que lo último que quieres es dejarle ir, y te das cuenta de que solo has sido tú.
Nunca es tarde para rectificar un error del pasado,
dale otra oportunidad, date otra oportunidad...
Daros otra oportunidad
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