Como un día soleado,
como una tarde gris,
una noche juntos,
ni un solo día sin ti.
Sin necesidad de rosas
por cada San Valentín,
motivo de mis sonrisas,
motivo de mi vivir.
Recordando el momento
en el que te conocí,
y desde el que nunca
dejé de pensar en ti.
Como la brisa marina
tiñe de color añil
los cielos al atardecer,
un amanecer junto a ti.
Nada más bonito
que verte dormir,
acurrucado en mi pecho,
acariciando el perfil
de tu hermoso rostro
sin dejar de sonreír.
Ahora, haciendo memoria,
me he acordad que fue San Valentín,
día de los enamorados
o de los que se quieren sin fin.
Paseando de tu mano me acordé
de lo afortunada que soy
por tenerte a ti,
de todo lo que he vivido
y he aprendido junto a ti.
Sentada a tu lado,
no quise reprimir,
todos los sentimientos
que tú despiertas en mí.
Escribiendo estas letras,
descubrí lo afortunada que soy
porque mi camino
se cruzó con tu elixir.
Si pudiera vivir más de una vida,
tendría claro que sería siempre junto a ti.
Voy a cerrar los ojos y seguir pensando,
¿adivinas...? En ti.
María Ruiz-Canela Machuca
Eh tú, sonríe, nunca sabes cuando alguien puede enamorarse de tu sonrisa
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