¿Y ahora qué ? Pensamos al cerrar los ojos.
Hoy algo no está como ayer, algo ha cambiado, para bien o para mal, pero nos encontramos en una situación extraña. Esa situación extraña puede provocar miedo, superación, alegría o tristeza; pues una veces tú decidirás el cambio y otras decidirán por ti.
Puedes cambiar algo bueno por algo que crees que podrá ser mejor, sin darte cuenta de todo lo que tienes; también puedes cambiar algo que crees lo peor y que resulte ser lo mejor que jamás hayas tenido. Pero un cambio es un cambio y entonces...
¿Ahora que? Sea el cambio que sea sigue adelante, si decidiste tú el cambio, haya salido bien o mal siéntete orgulloso, pues te has sido fiel, sabes escucharte y has buscado lo que te hacia feliz; claro que todo eso son objetivos que persigues tras un cambio, y nadie tiene la perfección para las cosas. Si tú no has elegido el cambio, afrontalo; si quieres que sea como era afrontalo y lucha para que vuelva todo a su lugar; pero eh, parate a pensar, quizá ese cambio sea mejor y solo sea un pasito adelante en ese camino al que llaman experiencia.
Y es verdad, la experiencia no sirve para nada, pues las situaciones y los cambios podrán ser muy parecidos, pero nunca idénticos.
¿ Y ahora qué ? Pensamos justo antes de abrir los ojos. Ahora toca poner los pies en el suelo y luchar, luchar por eso a lo que llaman vida, vida que si no tuviese charcos y baldosas levantadas, sería demasiado aburrida.
Hoy toca cambiar esa lágrima por una sonrisa y sonreirle al sol, pues por un día podemos cambiarnos los papeles y ser el mismísimo sol.
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