lunes, 3 de marzo de 2014

Nuestra debilidad

Seguro que no soy la única que recuerda cada segundo del día a esa persona que le hace sacar su mayor sonrisa, su faceta de niña pequeña, su lado mimoso, su lado salvaje y apasionado, la que también le hace llorar pero que luego viene con sus brazos abiertos, te seca las lágrimas con la mano y te dice: "no llores pequeña" y acto seguido te dé el mayor abrazo del mundo diciéndote: "no tengas miedo, estoy aquí".
Porque esos son los momentos que con el paso de los años sigue permaneciendo en el recuerdo, buenos y no tan buenos, pero que por unas cosas u otras ahí se encuentran y no tienes forma de deshacerte de ellos, pero que en el fondo tampoco quieres olvidarlo, porque forma parte de ese pequeño instante que hace que ese recuerdo sea especial frente a otros del pasado, o incluso del presente.
Porque siempre llega esa persona a tu vida, que con solo una palabra, es capaz de alegrarte el día más triste, y días en los que no lo consigue, pero está ahí, intentándolo, porque... ¿en eso consiste, no? Porque en los buenos momentos es muy fácil estar, pero en los malos no, y ahí es cuando te das cuenta de que esa persona es algo más que un simple amigo o conocido, es alguien que merece la pena llevar por siempre en el recuerdo.
Sí, hay días muy buenos, y días muy malos en los que te entran ganas de tirarlo todo por la borda, pero es el momento en el que esos pequeños recuerdos pasan de ser insignificantes a importantes momentos, porque es cuando recuerdas todo lo que esa persona ha hecho por ti y lo mucho que habéis pasado juntos, y entonces es cuando te das cuenta de que esa persona no puede irse así porque sí de tu vida.
Esa persona existe, si la has encontrado disfrútala, sino, no te impacientes, estará al llegar, recuerda que las mejores cosas siempre se dejan para el final, así que cuando te des cuenta de que esa persona con simplemente un "hola", una simple foto o que al pronunciar su nombre aparezca tu mayor sonrisa, entonces sabrás que esa persona es TU DEBILIDAD.


"El que nunca arriesga, nunca gana"